domingo, 24 de enero de 2016



Tú eres la luz, tú eres la noche, tú eres el color de mi sangre. Tú eres la cura, tú eres el dolor, tú eres lo único que quiero acariciar. Nunca pensé que podría significar tanto.
Tú eres el miedo, no me importa, porque nunca me he sentido tan bien.
Sígueme hacia la oscuridad, déjame llevarte, salir de las luces, verás el mundo al que diste vida, diste vida.
Así que quiéreme como sabes hacerlo, quiéreme como tú sabes, acaríciame como tú sabes, ¿qué estás esperando?
Apareces, te desvaneces, en el filo del paraíso cada pulgada de tu piel es un santo grial que tengo que encontrar, solo tú puedes encender mi corazón.

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