No hay héroes ni villanos, a quien culpar, mientras que las rosas marchitas llenan el escenario.
Y la emoción se fue, nuestro debut fue una obra maestra.
Pero al final para ti y para mí, el show no puede seguir.

Solíamos tenerlo todo, pero ahora es nuestro telón.
Así que mantén los aplausos y agita a la multitud y toma nuestro saludo final.
Es tiempo de irnos, pero al menos nos robamos el show.